Tel Aviv 2019

  64º Festival de la Canción de Eurovisión
 Arcade (Duncan Laurence) - Holanda




Momentazo de la Noche:
Switch Song (Conchita Wurst, Måns Zelmerlöw, Eleni Foureira, Verka Serduchka y Gali Atari)


La 64ª edición del Festival de Eurovisión se celebró en Centro de Convenciones de Tel Aviv, capital de Israel para unos y para otros no, los días 14, 16 y 18 de mayo de 2019 tras la victoria en 2018 de la canción "Toy" interpretada por Netta. Esta era la tercera vez que Israel acogía e festival tras las ediciones de 1979 y 1999 organizadas en Jerusalén. A pesar de su victoria en casa en 1979, Israel declinó organizar la edición en 1980 que se terminaría celebrando en Holanda. La sede del festival contaba con una capacidad para 10.000 personas, superior al mínimo exigido por la UER que es de 8.000, pero muy inferior al de los recintos que han acogido el certamen en la última década. La victoria fue para los Países Bajos con la canción Arcade, interpretada por Duncan Laurence.

Holanda se alzó con el triunfo tras una de las votaciones más reñidas, ajustadas y emocionantes en muchos años dejando a Italia en segunda posición por una diferencia de tan solo 27 puntos. Holanda, Australia, Suecia, Italia y Suiza estaban entre las favoritas para ganar el certamen. La primera con clara ventaja sobre las demás en todas las casa de apuestas. Ninguna de ellas hubiera pasado de una mediocre posición en otras ediciones, pero esta de Israel ha sido una de las de peor nivel musical en mucho tiempo. Casi todo lo presentado era vulgar, con muchos cantantes faltos de afinación y de voz y coreografías cuestionables. Realmente a veces parecía más que presenciábamos una edición de "Got Talent" que la final del concurso musical más famoso del mundo. Así que la ganadora bien puede decirse que no lo es tanto por méritos propios como por demerito de todos los demás, con excepción de Italia, mi canción favorita de la noche y que estuvo realmente cerca de conseguir el triunfo. No lo consiguió en el escenario pero sí en las listas de éxitos y en las emisoras de radio de toda Europa donde sonó muchísimo más que la ganadora, algo que suele ocurrir muy frecuentemente con los segundos puestos.

En cualquier caso la suerte estaba practicamente echada desde el principio. Parece que a todo el mundo le gustaba Holanda, una hermosa balada, sin duda. En fin, teniendo en cuenta que Macedonia y Suecia (favoritas del jurado) y Rusia (que terminó en tercera posición) estuvieron también cerca de dar la campanada, lo cual hubiera sido un horror, la victoria de Holanda, tras 44 años de espera, es lo menos malo que podía pasar.

Más de cuatro décadas después de su último triunfo en Estocolmo en 1975 con la canción Dinge-Dong de Teach-In, los holandeses sumaban su quinta victoria uniéndose al grupo de Francia, Luxemburgo y Reino Unido que ya lo habían ganado en igual número de ocasiones, superados los cuatro solo por Suecia con seis victorias e Irlanda con siete.

Tras la paz política de la edición portuguesa en 2018 la designación de Israel como anfitriona en 2019 no estuvo exenta de polémica. Y esta se avivó cuando el primer ministro israelí aseguró que el certamen se celebraría en Jerusalén. Muchos países mostraron su desacuerdo con esta elección y amenazaron con el boicot, preocupados por las posibles complicaciones con la observación del Shabat y la delicada situación y la frágil seguridad de la Ciudad Santa. Portugal y Austria llegaron a ofrecerse como posibles organizadores en caso de falta de acuerdo. Este tardó en llegar, las negociaciones entre la UER, el gobierno de Israel y la cadena de televisión israelí Kan que debía organizar el evento estuvieron plagadas de tensiones y amenazas. Finalmente el 13 de Septiembre de 2018 la UER anunció que Tel Aviv acogería el evento con la participación de 42 países. Sin embargo en febrero de 2019 Ukrania anunció que no participaría tras una serie de polémicas en su selección nacional lo que redujo el número final de participantes a 41. Bulgaria renunció a participar este año aduciendo problemas financieros.

España estuvo representada por Miki (elegido por el público en la gala de Eurovisión del archifamoso Operación Triunfo) y el tema La Venda. Una canción festiva, muy de verbena de pueblo, tal alegre que los organizadores no dudaron en elegirla para actuar en última posición, como broche final de la competición, tal vez con la esperanza de despertar de su sueño y levantar de sus asientos a una audiencia bostezante antes de la anunciada actuación de Madonna. A muchos fans españoles nos hubiera encantado verlo actuar con la charanga con la que se presentó la canción en Operación Triunfo. Puestos a tener fiesta, tenerla de verdad. Pero hay que decir que la puesta en escena estuvo muy cuidada y tuvo diseño y estilo, por primera vez quizás en la historia de España en el festival, y aunque tal vez restó espontaneidad a nuestro representante y fuerza a la interpretación, la actuación visualmente fue ciertamente atractiva. Actuar en última posición siempre se ha considerado bueno, después de todo realmente es más fácil recordar la última interpretación que la primera, pero todo depende claro de quien vaya antes de ti, y a Miki le tocó actuar justo después de dos de las grandes favoritas de la noche: Suiza y Australia. Y las comparaciones, a veces, son odiosas. En cualquier otra edición, con una canción así, España hubiera facilmente quedado en última posición, pero tan bajo era el nivel de este año y tan aburridas muchas de las canciones, que la alegre propuesta del siempre sonriente Miki terminó por convencer a más espectadores de lo que se hubiera podido imaginar. Tantos, que incluso consiguió remontar a Israel, Alemania, Bielorrusia y Reino Unido para finalmente quedar en el 22º puesto. En fin, ya se sabe, nosotros en Eurovisión hace tiempo que jugamos en otra liga, esa que lucha por no estar en el último puesto.

Después de semanas de rumores, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) confirmó oficialmente a solo pocos minutos de la celebración de la segunda semifinal que Madonna sí participaría en la gran final. La confirmación de su actuación se demoró varios días porque, según informó la UER aunque ya estaba cerrado el acuerdo económico entre Madonna y el multimillonario filántropo judío Sylvan Adams que sufragó su caché, no lo estaba el contrato que había de vincularla con la organización del festival en lo concerniente a los derechos de retransmisión de sus canciones ya que la UER es la única y exclusiva propietaria de todos los derechos de emisión y comercialización del evento. Finalmente la cantante interpretó dos temas durante su actuación. Uno fue su gran éxito de 1989, "Like a prayer", que cantó acompañada de 35 coristas y el otro, el tema "Future" perteneciente al álbum Madame X, con lanzamiento previsto para el 14 de Junio de 2019, interpretado junto al rapero estadounidense Quavo y que los euro-fans pudieron disfrutar en exclusiva un mes antes de su estreno.

Madonna desafinó como una gallina clueca en la interpretación de Like a Prayer en directo, algo habitual, los directos siempre se le han dado muy mal, a ella no le importa ni a sus fans al parecer tampoco. Aunque casi más bochornoso que desafinar en directo fue que cantara la segunda canción en playback, habiendo cobrado un millón de euros, delante de 26 concursantes que se habían partido el pecho cantando en directo en el escenario. Desde luego, ni una sombra del espectáculo que dio Justin Timberlake en Suecia en 2016.

Probablemente lo mejor de la noche y uno de los momentos más emotivos fue sin duda la interpretación de cinco versiones de temas eurovisivos por parte de cinco iconos del festival: Conchita Wurst, Mans Zelmerlöw, Eleni Foureira, Verka Serduchka y Gali Atari. El intercambio de canciones fue realmente un momento muy eurovisivo y emocionante.

En fin, ya tenemos un nuevo heroe, se llama Duncan Laurence, y una canción más que añadir, Arcade, a la lista de ganadores de Eurovisión. Y van 67.

Nuestra idea era irnos todos a cantar y bailar en Rotterdam en 2020 pero...